Muchas veces los préstamos de nuestros bancos habituales simplemente no nos sirven. De nada nos sirve pedir 6000€ a un año si sólo necesitamos 150€ para pagar una deuda atrasada. Es por ello que cada vez son más habituales los microcréditos, productos destinados a suplir pequeñas cantidades de crédito para puntualidades.